Fue un pesado día hoy en la feria. El estreno de los espectáculos de temporada se acercan cada vez más y cada grupo de artistas se reúne ya que el parque cierra sus puertas para afinar los últimos detalles en cuanto a sus números incluyendo su estructura, los vestuarios a usar, el maquillaje y la logística en general. Como perfeccionistas que somos, mis compañeros y yo tardamos mucho tiempo en ponernos de acuerdo en cómo se desarrollaría nuestra actuación en el show de inauguración, pero afortunadamente todos quedamos satisfechos terminada la junta de esta noche.
En mi camino de regreso a casa para cambiarme de ropa e ir al Laberinto de Cristal mientras pasaba por la pista principal escuché un ruido que no me era desconocido pero que en realidad nunca me había atrevido a encarar…eran sollozos y provenían de la parte trasera de la pista donde todo queda en sombras recién acaba la última función. Al acercarme para averiguar quién estaba ahí alcancé a distinguir una silueta encorvada sentada junto al borde de las escaleras. No podía ver su rostro desde esta distancia, así que caminé hacia ella tratando de no hacer ruido para no perturbarla, era obvio que no quería que nadie la viera pues de no ser así no hubiera buscado un lugar tan recóndito para desahogar su tristeza…sin embargo, mi curiosidad crecía a medida que llegaba al encuentro de esta delicada sombra. Con lo que no contaba era que la alfombra de hojas secas en el suelo iba a arruinar mi intento por ser discreta y la silueta enderezó la espalda en menos de un parpadeo dejándome por fin ver su cara bañada en lágrimas…
- “¡Fénix!”, exclamó sorprendida y tratando de limpiar su rostro para que no me diera cuenta de lo que pasaba, “Pensé que estarías en el laberinto como todas las noches”.
Se trataba de Calypso, una de las más talentosas escapistas que haya conocido, ninguno de sus colegas o aprendices había logrado siquiera igualar su acto jamás…no en vano ha sido la más reconocida en el medio ya por mucho tiempo. Fue impresionante para mí verla así pues siempre suele tener ese aire tan solemne de inquebrantabilidad alrededor suyo y parecía no perder la cabeza ni aún sumergida en un tanque lleno de agua mientras pesadas cadenas sujetan sus manos…
- “¿Calypso?”, respondí, “Justo venía a cambiarme de ropa para ir para allá…¿Qué sucede?”.
- “Nada”, dijo con un tono agudizado pero al ver mi expresión de incredulidad continuó, “Bueno, la verdad me siento muy mal pero no sé si me entiendas, pareces ser la más feliz con esta vida”.
- “¿Por qué no me cuentas? Si no te entiendo por lo menos te habrás desahogado. Soy buena escuchando y estoy aquí si es lo que necesitas”, le comenté con una sonrisa y me senté junto a ella en las escaleras de la pista.
- “Ay, Fénix, si tú supieras lo que pasa por mi mente en realidad…”, pronunció con un suspiro y no pudo esconder más su llanto, “No entiendo por qué la vida es tan irónica a veces. Puedo liberarme de cualquier cadena, de la más poderosa camisa de fuerza, salir de un tanque lleno de agua, abrir cualquier jaula y cualquier baúl en el que me encierren…pero no puedo escapar de mí misma pues mi dolor me persigue a todas partes y me encuentra aún dentro de la más reforzada bóveda. ¿Sabías que cada vez que hago mi número siento un hastío brutal y que cada aplauso es para mí como otra atadura de la cual tengo que liberarme? Hace mucho que no disfruto vivir aquí en la feria pero no puedo hacer nada al respecto…bueno, tal vez sea que no quiera más que no pueda…y eso es lo que más me lastima”.
- “Pero si más que disfrutar estar aquí lo sufres…¿Por qué no buscar lo que te haga feliz, qué te detiene?”, le contesté con una mirada de angustia difícil de esconder poniendo mi mano sobre su hombro.
- “Me costó mucho trabajo aceptarlo pero es miedo”, dijo agachando la mirada para luego levantar la cabeza repentinamente en expresión de frustración y gritar, “¡Pero si yo no le temo a nada, yo salgo de las peores situaciones…y una feria con una puerta abierta me mantiene cautiva!”.
- “Calypso…”, dije tratando de tranquilizarla, “¿A qué le temes?”.
- “A que no sea nadie fuera de los límites del parque, es lo único que conozco. Aquí soy Calypso, la escapista, y hasta me admiran por ello…allá afuera soy sólo una mujer sin rumbo. ¿Y si este es mi destino y sólo debo aceptarlo sin cuestionamientos? Yo no pedí tener talento para estas artes, sólo me encontré con que lo tenía y lo aproveché pero no estoy segura de querer esta vida para mí. No te niego que la admiración de la gente me hace sentir especial, pero a veces me pregunto cómo sería mi vida si jamás me hubiera enterado de que tenía esta facilidad para el escapismo. Tal vez ser como cualquier otra persona sea más fácil, parecen felices en su vida común sin necesidad de sorprender a nadie con hazañas peligrosas…y pienso en eso cada vez que veo sus rostros en el público. Lo cierto es que en el parque mi vida es muy cómoda y temo perder eso si me atrevo a salir de él por buscar algo que no sé si me vaya a gustar después de todo. ¿Y si somos lo que hacemos, si me define el hecho de ser artista? Si es así definitivamente no encajaría fuera de la feria y eso me haría más miserable aún…quizás mi miedo no sea el salir sino por fin confirmar mis sospechas de que no puedo estar en otro lado que no sea este lugar que me causa tanto conflicto pues yo no lo escogí en primer lugar”, me contó desolada.
La abracé y me puse de pie tendiéndole la mano. Le pedí que me acompañara a mi atracción favorita pues tenía algo que mostrarle y aceptó.
Mientras caminábamos al laberinto me iba platicando cómo desde pequeña fue que se dio cuenta de su gusto por realizar actos peligrosos y me hizo sonreír un par de veces con su historia…sobre todo en las partes en que las cosas no salían como esperaba y tenía que aguardar horas para que alguien se diera cuenta de que estaba atrapada en algún inconcebible lugar y la ayudara a salir.
Al llegar al Laberinto de Cristal la guié hasta el pabellón en donde se encuentra ese espejo majestuoso con marco de madera que te muestra tal cual eres…
- “Por favor, párate frente a este espejo y dime lo que ves…¿En tus manos hay cadenas o traes puesta una camisa de fuerza…te ves dentro de un tanque lleno de agua o de un baúl? No, el reflejo sólo te muestra a ti misma y no necesitas ninguna de esas cosas para ser tú. Si esto fuera cierto cualquier escapista haría y pensaría lo mismo que tú y eso no es verdad, todos somos diferentes hagamos lo que hagamos…no nos definen nuestras actividades sino nuestros pensamientos y sentimientos. Si sólo te encontraste con que podías ser artista y eso no te hace feliz probablemente sea porque eres algo más aparte de escapista y todavía no sabes qué es pues no te has dado la oportunidad de averiguarlo por ese miedo a perder lo que has construido aquí. La feria no tiene por qué mantenerte cautiva…como dijiste, tiene la puerta abierta y eso significa que puedes volver si es que el mundo allá afuera no te convence. Si la vida que llevas no te gusta haz todo lo posible por cambiarla, nadie puede hacerlo por ti ni decirte cómo aunque quiera, depende completamente de ti. Además, a mi consideración pesaría mucho más quedarte con la duda de si te hubiera gustado más estar en otro lugar que aquí en el parque a cualquier decepción que puedas llevarte, por lo menos estarías segura y ya no cuestionarías más lastimándote cada vez que lo haces”, le afirmé mientras le corrían lágrimas por sus mejillas, “Mientras estés con la gente del mundo exterior recuerda que las cadenas no sólo son para hacerte prisionero, a veces se usan como soporte también…depende del ángulo en que lo veas”.
Nos despedimos con un fuerte abrazo al salir del laberinto y mientras regresaba a casa para por fin quitarme el vestuario que usé en el número de hoy no podía dejar de pensar en lo sucedido. Supongo que nunca sabemos lo que pasa por la cabeza de la gente, jamás me hubiera imaginado que Calypso se sentía así…y que me podía identificar tanto con ella pues también ha sido uno de los pensamientos que más me han atormentado desde mi llegada a la feria. Gracias a ella ahora no me siento tan sola en este aspecto y sin querer me hizo encarar mis propios demonios.
B-R-A-V-O!!!!
ResponderBorrarEres una maestra!!!
Creo que hasta el momento este es mi post favorito, y este no me pegó ni tuvo efectos secundarios jejejej (ya iba a ponerte un emoticon, pero este no es el msn)... estoy casi despalabrado, y si, a veces viendo a otros podemos entender como nos sentimos,,, saber que no estamos solos en esta soledad, no soluciona el problema pero lo hace un poco mas humano.
pa cuando Laberinto cristalino la película??
Estoy totalmente de acuerdo con que no nos definen nuestras actividades, si no, nuestros pensamientos y sentimientos, podremos estar haciendo cualquier cosa por aburrida o divertida que sea, eso no nos hace más o menos. Si, definitivamente muchas veces logra hacernos sentir atados, y tenemos miedo a aventurarnos a otras cosas, porque las desconocemos y no sentimos esa seguridad; pero sin duda lo interesante es intentar, teniendo dos opciones en algunos casos, abandonar por completo lo seguro y conocido ó llevarlos de la mano...
ResponderBorrarJe, me gustó mucho!!! Muy bien, como siempre mostrando ironías de la vida.
CREO QUE EL HECHO DE QUE ALGUNAS VECES LLEGUEMOS A SENTIRNOS "ATRAPADOS" EN LO QUE HACEMOS POR CREER QUE NO PODEMOS HACER ALGO MAS, TAMBIÉN SE ORIGINA DEL "QUE ES LO QUE ESPERAN LOS DEMÁS" SOBRE TODO PERSONAS IMPORTANTES PARA NOSOTROS.
ResponderBorrarMUY BONITO FÉNIX, ME ENCANTA COMO ESCRIBES!