jueves, 6 de diciembre de 2007

Una Rosa Roja

Rosa roja

    Hace tanto que no salgo con alguien que siento que hasta he olvidado el protocolo a seguir en las primeras citas. “¿Y si intenta besarme…o algo más?”…me preguntaba mientras me hacía partícipe de ese ritual de embellecimiento exhaustivo previo a encontrarnos con aquella persona a interrogar en las próximas horas con tal de averiguar si ésta es elegible para entrar en nuestra vida, en nuestro corazón o en nuestra alcoba. El atuendo perfecto, el maquillaje impecable, perfume y toda la faena necesaria para ser “la mejor versión de nosotros mismos” esa noche estaba en orden, sólo quedaba esperar la llamada a mi puerta que haría que mi estómago regresara a su lugar original en mi cuerpo…o de plano terminara de salirse.

    - “¡Buenas noches, Fénix…qué hermosa te ves hoy!”, fue lo primero que escuché al abrir mi puerta y ver a Dalibor frente a mí con una rosa roja en la mano. 
    - “¡Buenas noches, Dalibor…gracias, tú también te ves muy bien!...¿Nos vamos?”, respondí, tomé la rosa, la acerqué a mí para percibir su aroma y sofocando mis ganas de llorar pues nadie me había regalado una flor antes, sonreí mientras entrelacé mi brazo con el de él para caminar juntos. 

    El paseo fue agradable, me di cuenta de que tiene el mismo sentido del humor que yo y no paramos de reír en el camino al restaurante en el centro del pueblo en donde a pesar de que pretendía halagarme con los platillos más exóticos del menú, lo que más disfruté fue la plática. Hasta ahora me sorprende cómo es que alguien puede ser tan parecido y tan distinto a mí al mismo tiempo…los dos somos apasionados y defendemos nuestros ideales a capa y espada, sólo que por lo pronto no parecen ser los mismos. Hago la confesión de que algo de lo que más me gustó de la velada fue que alguien por primera vez en la historia me dejó callada en un debate, simplemente no tuve argumentos para seguir la discusión amistosa de temas controversiales que salió a flote en la mesa...despertó sobremanera un sentimiento de admiración y respeto en mí. Aunque era la primera vez que salía con él poco a poco la conversación denotaba más confianza…
    - “¿Siempre has sido así de terco?”, le pregunté en medio de risas después de que no pude convencerlo de pensar como yo en la última polémica.
    - “¡No tienes idea!”, contestó soltando una carcajada…”Si gracias a eso es que llegué hasta aquí hoy y no podría estar más a gusto con la idea”, me comentó para después guiñarme el ojo.
    - “¿Entonces mejor me hago a la idea de que esa actitud funciona para ti y no cambiarás porque simplemente no está en tu naturaleza?”, respondí con tono irónico y le sonreí.
    - “Pues no que quiera perder el factor sorpresa…pero sí, esa actitud se espera de mí. Si hubiera titubeado siquiera un poco en mi determinación por obtener lo que disfruto ahora, sencillamente no lo hubiera logrado”, su expresión se puso seria y continuó…”Verás, de donde yo vengo no es fácil gozar de los privilegios que tengo ahora, yo tuve que trabajar desde muy pequeño para tener siquiera unos centavos en el bolsillo que me dejaran comprar las cosas que me gustaban. Afortunadamente desde niño me di cuenta de que tenía aptitudes para la expresión artística, el escenario me encontró muy temprano y sobre ese rubro me encaminé. Fui mimo, payaso, estatua viviente, declamador y poeta a lo largo de mi vida…hasta que llegué al arlequín que es con el personaje que más me identifiqué y que mejor recibió el público. Al principio montaba mi espectáculo en la calle y al poco tiempo me di cuenta de que con este trabajo podía recorrer muchos lugares pues siempre habría un grupo de gente necesitada de un poco de entretenimiento a donde quiera que fuera…y si hubiera hecho caso a quienes me decían que esta actividad más que empleo era una pérdida de tiempo pues jamás iba a salir adelante con un disfraz…si no fuera tan necio, no hubiera llegado a la feria…o a conocerte”, fue lo que me contó antes de tomar mi mano para besarla, hizo una pausa…”Perdón, no tiendo a compartir estas cosas así nada más…mejor cuéntame cómo fue que llegaste tú aquí”, dijo mientras se ruborizaba.
    - “No te disculpes, al contrario, gracias por la confianza”, le contesté y apreté su mano…”Pues…yo llegué a la feria buscando un refugio y lo encontré”, fue lo que alcancé a decir antes de que un suspiro me robara el aliento, seguí…”Me alegra mucho que estés aquí”.

    Ya de regreso en la feria me pidió que esperara un poco en la valla de la pista principal junto a mi casa mientras él iba a su remolque por una sorpresa que tenía para mí. Intrigada por lo que podría ser me senté viendo hacia el Laberinto de Cristal, el cual ya para cuando llegamos estaba cerrado pero no me afectó, la había pasado muy bien con Dalibor, quien no tardó mucho en volver. En sus manos traía una manzana acaramelada envuelta en celofán y atada con un listón a rombos como su traje tan característico de arlequín. No podía creer que recordara cuál era mi golosina favorita. Al tomarla lo jalé para envolverlo en un fuerte abrazo que terminó en el beso más cálido y tierno que he tenido en mi vida…podía jurar que sentía los latidos de su corazón sobre mi pecho. Nos despedimos al separarse nuestros labios con la promesa de salir de nuevo pronto.

3 comentarios:

  1. eeeeehhhh! gané el primer comment!!
    =) siiii es horrible esa primera cita, bueno, horriblemente maravillosapero es superbonito cuandoalgo super ordinario y cotidiano como un café es muchísimo mas de lo que esperas y además sientes 176 cosas en la panza y aayyy... queda ese picor y esa suerte de chispita.
    A miya no me pasan esas cosas desde hace mucho; creo que ya nadie me sorprende así =(

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  2. ahhh las primeras citas... y deja tu eso, el primer beso... WOW, como en la pelicula de 50 first dates... nothing beats a first kiss...

    creo que el momento mas rudo es cuando conoces mas a la persona y tienes (y repito) tienes que aprender a vivir con sus virtudes y areas de oportunidad (como se le llama diplomaticamente a los defectos). Si cada cabeza es un mundo, como crear un mundo donde los 2 mundos coexistan...

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  3. Si... es emocionante eso de las primeras citas... Hasta lo que más te importa pasa desapercibido...

    El principio de un nuevo capítulo en nuestras vidas después de todo, en donde sonríes, disfrutas, sueñas... en donde no importan los horrores de la vida... si... eso pasa con las primeras citas... Suertudos a los que les dura todo el repertorio...

    ¿Más palabras? Sin duda las tengo jejeje... pero todo por partes ¿no? jajaja...

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